Uno de los principales diarios de Estados Unidos publicó recientemente un libro en el cual se resalta la política adoptada por los medios de comunicación de ese país, y del mundo, de contratar profesionales recién egresados de las universidades y dejar de lado a los viejos profesionales. El motivo: reducción de gastos; un periodista joven, si bien no posee experiencia se lo puede formar y pagar un sueldo sensiblemente inferior que a un colega con mayor trayectoria.
Esta situación no es ajena a Uruguay, en donde las empresas del área muchas veces no toman en serio su responsabilidad como comunicadores sociales y se trabaja la información y el mensaje de forma poco profesional.
Actualmente puede verse en la televisión una campaña de publicidad, de la telefónica multinacional Claro, en donde se promociona “el minuto sarasa”, para que todos podamos “sarasear”. Evidentemente los responsables de la pieza publicitaria, ni los integrantes del departamento de comunicación de la empresa que contrató a la agencia, se tomaron la molestia de buscar en el diccionario la definición de “sarasa”.
Pues bien, según la enciclopedia Salvat quiere decir “hombre afeminado, marica”, mientras que la Real Academia Española lo define exclusivamente como “hombre afeminado”.
Así que si vamos directo al mensaje de la publicidad, nos están ofreciendo “un minuto marica” para aquellos que quieran “mariconear”. ¿Habrá sido esta la intención de la agencia y de Claro o el desconocimiento del idioma los llevó a dar un mensaje equivocado?
Bastardear el idioma es algo frecuente en los medios de comunicación, fundamentalmente en los medios impresos, muchas veces por simple error y otras por ignorancia. Un ejemplo claro de ello también son los horrores en los gráficos de los informativos de todos los canales de televisión, en donde brillan por su ausencia los tildes, además de otras brutalidades; incluso se ha llegado a leer, en un caso concreto, el departamento de “La Valleja”.
Además se encuentran errores gravísimos en los mensajes. El pasado 19 de junio el informativo de canal 10 ofreció un informe especial sobre los abuelos, en el trabajo periodístico se entrevistó a un hombre longevo, español, que contó un sinfín de anécdotas, entre ellas... que nunca había sido padre. La pregunta que nos cabe es: ¿si nunca tuvo hijos cómo logró ser abuelo?
Estos errores nos hacen esbozar una sonrisa, pero hay otros en los que se forma un concepto equivocado a la sociedad. Sin ir más lejos, recientemente en la transmisión de la Copa de las Confederaciones, en un partido en el que jugaba la selección iraquí de fútbol, el comentarista realizó livianamente una serie de juicios sobre la situación política del país asiático demostrando una completa ignorancia sobre el proceso que vive esa nación.
Pero la falta de profesionalismo en los medios de comunicación, y los comentarios gratuitos, también generan alarma social.
En Uruguay la crónica roja pasó a ser la gran vedette de algunos canales de televisión. Vivimos con la sensación que no se puede salir a la calle, porque de hacerlo nuestra vida corre riesgo. Insistimos en que se baje la edad de imputabilidad para los menores, pero desconocemos que más del 90% de los delitos los cometen los mayores de edad, lo confirman las encuestas.
Pero no es extraño escuchar en los informativos las expresiones “otra vez” o “nuevamente”, cuando se hace referencia a un delito cometido por un menor, por lo que se genera la sensación que siempre son ellos.
Otro caso extraño se dio recientemente en el informativo de última hora de Telenoche 4, cuando se entrevistó a un presunto individuo que había sido rapiñado. El efectivo policial que acudió al local a tomar la denuncia le dijo a la víctima que la culpa de todo la tenía la gente que “votó a este gobierno”, según dijo el asaltado ante las cámaras.
A nadie se le ocurrió averiguar quién era el presunto policía, que no solo había maltratado a una víctima de rapiña, sino que también instaba a que no se vuelva a votar al Frente Amplio en las elecciones nacionales, pues de forma contraria los crímenes continuarán en el Uruguay. El mensaje quedó latente en el espectador, que no pudo conocer la cara del policía ni el motivo por el cual dijo eso.
Otro tema de suma importancia es el tratamiento que le dan los medios de comunicación a la gripe A H1N1.
En Uruguay muere casi un centenar de personas al año por gripe común, mientras que se han registrado cinco caso mortales de gripe A H1N1, pero a pesar de ello existe gran psicosis en la sociedad. Las autoridades instan a que no se alarme a la gente con esta enfermedad, pero día a día los medios de comunicación centran su labor informativa en la misma, generando el efecto contrario.
Es difícil juzgar a los demás, pero en muchas ocasiones no es sencillo establecer con precisión si se trata de fatalidades o de mala intención a la hora de comunicar.
Esta situación no es ajena a Uruguay, en donde las empresas del área muchas veces no toman en serio su responsabilidad como comunicadores sociales y se trabaja la información y el mensaje de forma poco profesional.
Actualmente puede verse en la televisión una campaña de publicidad, de la telefónica multinacional Claro, en donde se promociona “el minuto sarasa”, para que todos podamos “sarasear”. Evidentemente los responsables de la pieza publicitaria, ni los integrantes del departamento de comunicación de la empresa que contrató a la agencia, se tomaron la molestia de buscar en el diccionario la definición de “sarasa”.
Pues bien, según la enciclopedia Salvat quiere decir “hombre afeminado, marica”, mientras que la Real Academia Española lo define exclusivamente como “hombre afeminado”.
Así que si vamos directo al mensaje de la publicidad, nos están ofreciendo “un minuto marica” para aquellos que quieran “mariconear”. ¿Habrá sido esta la intención de la agencia y de Claro o el desconocimiento del idioma los llevó a dar un mensaje equivocado?
Bastardear el idioma es algo frecuente en los medios de comunicación, fundamentalmente en los medios impresos, muchas veces por simple error y otras por ignorancia. Un ejemplo claro de ello también son los horrores en los gráficos de los informativos de todos los canales de televisión, en donde brillan por su ausencia los tildes, además de otras brutalidades; incluso se ha llegado a leer, en un caso concreto, el departamento de “La Valleja”.
Además se encuentran errores gravísimos en los mensajes. El pasado 19 de junio el informativo de canal 10 ofreció un informe especial sobre los abuelos, en el trabajo periodístico se entrevistó a un hombre longevo, español, que contó un sinfín de anécdotas, entre ellas... que nunca había sido padre. La pregunta que nos cabe es: ¿si nunca tuvo hijos cómo logró ser abuelo?
Estos errores nos hacen esbozar una sonrisa, pero hay otros en los que se forma un concepto equivocado a la sociedad. Sin ir más lejos, recientemente en la transmisión de la Copa de las Confederaciones, en un partido en el que jugaba la selección iraquí de fútbol, el comentarista realizó livianamente una serie de juicios sobre la situación política del país asiático demostrando una completa ignorancia sobre el proceso que vive esa nación.
Pero la falta de profesionalismo en los medios de comunicación, y los comentarios gratuitos, también generan alarma social.
En Uruguay la crónica roja pasó a ser la gran vedette de algunos canales de televisión. Vivimos con la sensación que no se puede salir a la calle, porque de hacerlo nuestra vida corre riesgo. Insistimos en que se baje la edad de imputabilidad para los menores, pero desconocemos que más del 90% de los delitos los cometen los mayores de edad, lo confirman las encuestas.
Pero no es extraño escuchar en los informativos las expresiones “otra vez” o “nuevamente”, cuando se hace referencia a un delito cometido por un menor, por lo que se genera la sensación que siempre son ellos.
Otro caso extraño se dio recientemente en el informativo de última hora de Telenoche 4, cuando se entrevistó a un presunto individuo que había sido rapiñado. El efectivo policial que acudió al local a tomar la denuncia le dijo a la víctima que la culpa de todo la tenía la gente que “votó a este gobierno”, según dijo el asaltado ante las cámaras.
A nadie se le ocurrió averiguar quién era el presunto policía, que no solo había maltratado a una víctima de rapiña, sino que también instaba a que no se vuelva a votar al Frente Amplio en las elecciones nacionales, pues de forma contraria los crímenes continuarán en el Uruguay. El mensaje quedó latente en el espectador, que no pudo conocer la cara del policía ni el motivo por el cual dijo eso.
Otro tema de suma importancia es el tratamiento que le dan los medios de comunicación a la gripe A H1N1.
En Uruguay muere casi un centenar de personas al año por gripe común, mientras que se han registrado cinco caso mortales de gripe A H1N1, pero a pesar de ello existe gran psicosis en la sociedad. Las autoridades instan a que no se alarme a la gente con esta enfermedad, pero día a día los medios de comunicación centran su labor informativa en la misma, generando el efecto contrario.
Es difícil juzgar a los demás, pero en muchas ocasiones no es sencillo establecer con precisión si se trata de fatalidades o de mala intención a la hora de comunicar.
muy bueno el artículo Marcel, totalmente compartible
ResponderEliminarLamentable que siga tan vigente como cuando lo escribiste. Buen artículo.
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