Los comités de base se quedaron "sin asunto"

La senadora Lucía Topolansky analizó el actual momento que vive el Frente Amplio (FA). Afirmó que la falta de asignar un “asunto” concreto a la militancia de base, de parte de la conducción del FA, fue uno de los elementos desmovilizadores que sufrió la izquierda, mientras que reclamó que la Mesa Política sea un organismo “más ágil”.

Además, aseguró que la fuerza política necesita una conducción que sea fuerte, “con don de mando” y que es necesario que los comités brinden un “servicio” a los militantes que se acercan, con actividades diarias que lleven al interés y la movilización.

¿Qué evaluación hacés del actual momento del FA?
El FA es una herramienta válida. Es una creación histórica única en el mundo. Sintetiza un pensamiento muy amplio de la izquierda y el progresismo en torno a un programa, y eso motivó que se juntaran las fuerzas. Es un fenómeno parido por el Congreso del Pueblo, en donde tuve la oportunidad de participar. El FA está vigente como herramienta.

¿Se está viviendo una nueva etapa en la fuerza política?
Si. El FA nació y no tuvo tiempo de vivir antes de que viniera la dictadura. Fue una herramienta que sirvió para resistirla. A la salida de la dictadura vino un momento de efervescencia, en donde vimos que habíamos crecido.
Comienza luego otra etapa, cuando se consigue el gobierno de Montevideo. Ahí tuvimos que estar del otro lado del mostrador y aprender muchas cosas: cómo se gestiona el gobierno, las relaciones humanas, el equilibrio para los beneficios de los vecinos, la descentralización, mucha cosa interesante, pero no se resolvieron cosas que hasta ahora siguen siendo problemas, por ejemplo la relación gobierno - fuerza política. Esa relación, en ese primer período de gobierno municipal, no fue lo fluida que queríamos. Además el gobierno se chupó muchos cuadros y vació las coordinadoras.
Los comités se quedaron sin asunto, empezaron a sufrir y a su vez no se logró la participación masiva de la población en temas como el Presupuesto Participativo, opiniones en los consejos y las juntas. Hace veinte años que estamos en la intendencia y esto se ha agudizado, cuando llamamos a votar por proyectos cada vez participa menos gente, eso tenemos que pensarlo.
En el 2004 se gana el gobierno nacional y se produce una segunda succión de cuadros. Hubo un cortocircuito entre la fuerza política y el Poder Ejecutivo, fundamentalmente. Con el Legislativo no tanto, pero se producían problemas también, algunas veces, cuando se lo pedimos, no nos supo mandatar.

¿Se puede conseguir que la Mesa Política mandate al gobierno cuando éste está compuesto fundamentalmente por los líderes de los sectores?
Lo lográs si hacés funcionar a la fuerza política. Pero en el período de Tabaré Vázquez quedó paralizada por varias razones: porque se vació, porque nadie le dio línea, la dirección del FA no le dio un asunto, no se convocó a discutir qué debíamos hacer y el Poder Ejecutivo tomó distancia. Entonces el militante quedó con todo el reclamo de la gente, sin los insumos necesarios, sin asunto. Esto se notó con la huelga de los transportistas, en donde no se movilizaron en defensa al gobierno. Esa fue una luz roja que no interpretamos.
Ahora hay un cierto cambio. Sirven las audiciones semanales de Pepe como forma de comunicación directa con la ciudadanía. Me hubiera gustado que Tabaré lo hiciera. Tenemos que trabajar para que la comunicación directa llegue hasta el último rincón del país.
A su vez la Mesa Política y el Secretariado han sido más activos, pero no se han puesto las pilas en la velocidad de decisión que tienen que tener. Yo les tengo que poder llevar un problema un lunes, y si tienen que hacer cinco reuniones extraordinarias en la semana para tratarlo, las tiene que hacer.

Teniendo en cuenta el vaciamiento de cuadros en la fuerza política, ¿cuánta responsabilidad tiene el gobierno en este problema?
Gobierno y fuerza política no son algo divorciado. Si yo te saco un cuadro vos en el comité tenés que pelarte el rabo para formar otro que lo supla bien y seguir.
Como fuerza política, fracasamos para elegir un presidente. Fue la primer luz roja que se nos prendió. Tuvimos que asumir una campaña electoral compleja con un FA que estaba escorado por no haber elegido una conducción fuerte y clara que capitaneara esos procesos, con comisiones desgastadas, no se capitaneaba la movilización. Si no estaban los sectores que suplieron esa situación, la movilización habría sido cinco veces más pobre, porque los comités tampoco tenían capacidad de movilizarse, ni recursos para hacerlo.

¿No es más fácil para el gobierno gobernar con una fuerza política débil, que no moleste?
Como hipótesis de trabajo, en teoría, puede ser. Pero es una hipótesis absolutamente equivocada. Un gobierno va a ser más fuerte cuanto más gente organizada, de su partido y en general, tenga.

¿Por qué se dio la desmovilización de la fuerza política?
Porque se quedó sin asunto, no hay causas. Cuando en los comités había que juntar firmas por el Voto Verde, por las empresas públicas y las distintas iniciativas, había un motivo que nos llevaba a la calle. Cuando llegamos al gobierno el tema de los plebiscitos quedó out, lo único fue lo del Voto Rosado, que no alcanzaban las firmas hasta que no se implicó el FA, que es el único que puede recoger firmas en este país. Lo demostró en la cancha.
El comité tiene que tener tareas, es una cosa fantástica, un farolito en el barrio, es un organismo de red barrial, territorial. Si los comité hubieran sido en el gobierno pasado y en este, un lugar en donde el militante y el vecino del barrio sabe que está toda la información que necesita, con una cartelera de leyes y decretos, con las formas de comunicarse con los ministerios, esa ya es una función, pero a la vez, si se aprueba una ley importante se pueden hacer pintadas explicando qué se aprobó, apoyando explícitamente. Una cosa es la independencia de la fuerza política que tienen los sindicatos, pero no es el caso de los comité de base.
Se puede tomar la audición de Pepe y propagandearla. Comer unos ravioles juntos y escuchar la palabra del Presidente.

Desde la fuerza política muchas veces se dice que se enteran de las cosas a través de los medios de comunicación. ¿Existen problemas en el acceso a la información?
El Consejo de Ministros termina al mediodía o un poco más tarde. Astori, que participa de todo el Consejo, con una prolijidad envidiable, nos hace un informe concreto de lo ocurrido. No hay ningún legislador del FA que te diga “nos enteramos de lo que pasó por la prensa”. Llega el informe a Senadores y al otro día en la mañana está en Diputados. Tendríamos que resolver alguna forma para que ese mismo informe de Danilo llegara a la Mesa Política el mismo día a las 3 de la tarde, así pueden arrancar con el informe parlamentario, que lo tienen siempre, más el informe del Consejo de Ministros.
También se puede cambiar la sesión de la Mesa Política del lunes para el martes, que eso es algo que le cuesta al FA: cambiar rutinas.
Además hay otro fenómeno, los nexos con los comités son los delegados de las bases, que los del interior son regionales. Le tienen que pasar el informe a las mesas políticas de la región, para que estas se lo pasen a los comités y así le llega al militante. Si eso no lo hacemos rápido le llega primero la versión de prensa. En Montevideo pasa lo mismo.
El problema que se da es que muchas veces en todo ese pasaje de información puede haber teléfono descompuesto, si no se entiende bien una noticia no se transmite bien. Podemos quizás poner la información en la página del FA en el mismo momento que acontece y así cualquier militante desde su casa lo puede ver al momento. Claro, el otro problema es asegurarse de que lean.

¿Qué pasa con el resto de la estructura del FA? ¿Es muy grande?
No me la agarro ni con el estatuto ni con la estructura. Es una estructura pesada, pero todo lo que es muy participativo y bien democrático es pesado. El rey va a ser un tipo ágil para mandar, pero si das participación todo es más pesado. Se trata de encontrar un tipo de agilidad participativa. Buscar una forma que con agilidad la fuerza política pueda participar y no sea todo lento.
El Secretariado estaba previsto en los estatutos, se creó porque no pudimos resolver la Presidencia. Tenemos un problema de mando y esto no es un problema contra Jorge Brovetto.
El compañero que está en la Presidencia tiene que estar pensando para adelante, dando órdenes, trabajando en equipo con las comisiones asesoras, proponiendo cosas a la Mesa Política y dinamizando todo el trabajo. Eso es lo que llamo mando en este caso.
Hay que buscar una forma de comunicación rápida, a través de la tecnología, dando los textos, las posiciones jurídicas y que esa información vaya directo al comité, para que puedan trabajar, discutir y votar.
Yo cambiaría que no sea por mayorías, sino que fuera proporcional. Si en el comité hay reunidos diez y siete votaron por A y tres por B, que eso se lleve a la coordinadora. Estarían más incentivados. Tu voto importa y si no estás presente no votás.

¿Cuál es el perfil que debería tener la Presidencia del FA?
Tiene que ser un compañero o compañera con don de mando, con carácter, que no sea una figura polémica, que no se divida el FA ante ella, porque tiene que tener capacidad de resolver situaciones que muchas veces son complejas.
Hay que rejuvenecer también la cara del FA, lo más joven que podamos dentro de lo que es Uruguay, que es un país de viejos. No tengo claro si tiene que haber uno o dos vicepresidentes.
Cuando se asuma la Presidencia se tienen que rehacer todas las comisiones, porque son asesoras de ella y están rutinizadas.
El militante de base tiene que tener rendición de cuentas. Ver en ese marco si se convoca nuevamente el Secretariado o no.
La Presidencia, lo primero que tiene que hacer, es llevar a la Mesa Política un plan de trabajo, para discutir, aprobar, eventualmente modificar y hacerlo suyo. Ese plan se tiene que difundir en toda la estructura del FA y empezar a cumplirlo.
La Presidencia y la Mesa Política tienen que estar girando por las Mesas Departamentales y las Coordinadoras, tiene que haber mucha cercanía con la estructura.

¿Cuánto pesan los sectores en la elección de esa Presidencia?
Van a pesar. No hay nadie neutral, porque el concepto de independiente, ¿qué es?, que no estoy en la disciplina de un sector, pero a la hora de votar lo hacés por un sector, salvo alguien que vote al lema, que son los menos. Todo el mundo tiene su corazón y algunos pertenecen además a la disciplina del sector. No es que todas las bases sean sectorizadas, sino que tienen definición política.

¿Están surgiendo muchos sectores en el FA?
Ahí tenemos un gran problema. Si no estoy equivocada comenzamos con unos doce sectores en 1971. La misma atomización a la que tiende la izquierda en el mundo se ha dado dentro del FA, con una sola ventaja, que todo el mundo sabe que si se va del FA pierde, así le pasó a Hugo Batalla y al PDC...

... y a la Asamblea Popular más recientemente.
Si. Ojalá vuelvan, yo tengo los brazos abiertos, bienvenidos sean.
Tampoco es bueno dentro del FA que se atomicen 40 grupos, porque cada uno va a querer determinados paquetes y no sabemos a quién representan. Tenemos claro a quien representan los sectores que presentaron lista. Hay grupos que son de alcance departamental y no tienen mirada nacional, eso genera algunos problemas.
Una de las pocas reformas que plantearía sería que los grupos que tienen representación parlamentaria estuvieran en la Mesa Política con esa proporcionalidad. Los demás grupos que se transformaran en agrupaciones, que funcionen como agrupaciones, que tuvieran su lugar en el Plenario, como si fuera un comité funcional y pudieran expresarse a través de las bases y si quieren que estén de oyentes en la Mesa Política, pero sacando volumen a las cosas.
El Plenario Nacional tiene una estructura interesante y ni que hablar el Congreso, pero eso no se da en la diaria. La Mesa Política tiene que ser un organismo ágil. Se reúnen tres horas una vez a la semana, tiene que tener otra dinámica de trabajo, somos gobierno.
La Mesa Política tiene que estar ahí. Si el presidente la convoca urgentemente tienen que estar en el momento y que no vengan a decir “no tengo posición de mi sector”. Hay que tener un mecanismo para que en el momento de ser convocados tener posición o al menos transmitir confianza. Ese es un elemento central.
Yo muchas veces ni me entero lo que votan mis compañeros en la Mesa Política, pero les tengo confianza, siguen la línea que tenemos, no preciso estar en el detalle, porque tenemos que tocar el piano todos y en 40 teclados. Si se equivocan es porque son seres humanos y tienen limitaciones como tenemos todos.

¿Falta mayor participación de técnicos en la estructura del FA?
No. La Comisión de Programa está llena, hay que hacerla funcionar. Está la Fundación Liber Seregni, que debería funcionar abasteciendo de pensamiento político a la fuerza política, al gobierno nacional, al Parlamento y a los comité.

¿Y funcionan?
Eso es lo que tenemos que hacer funcionar y ahí enganchar el tema de la formación del militante.
Por ejemplo, tenemos muchos compañeros trabajando en Fucvam, juntémoslos con Comisión de Programa que trabaja en ese tema, con la gente del Ministerio de Vivienda, los de las comisiones del Parlamento y que discutan, se ilustren, que cambien figuritas una vez cada seis meses. Pero para eso se precisa un plan de trabajo.
Hay que hacer miles de esas cosas, continuamente, todos los meses, sino el vaciamiento de los comités no lo vamos a solucionar. Los comités precisan militantes, contenidos, causas, motivos, asuntos, objetivos militantes, movilización.
En el Congreso del FA votamos ir a la Asamblea Constituyente, y yo estoy de acuerdo. Para poder convocarla precisás ciertas mayorías que no tenemos. Pero lo primero que tenemos que tener es una propuesta como FA, y cuando pregunto cuál es nadie me sabe responder, sí sabemos qué es lo que no nos gusta. Tenemos que crear una comisión no solo de técnicos y constitucionalistas, sino que tenga esencia política, en donde elaboremos un texto, lo llevemos al Congreso, lo colguemos en la página web y luego salimos a movilizarnos por la ciudad a informar a la gente sobre esa reforma, sin importar de qué partido sean.

Publicado en Participando, edición noviembre de 2010.

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