"Las personas en situación de calle son lo primero"

El Ministerio de Desarrollo Social se ha marcado como prioridad absoluta en el corto plazo "salir con todo" a potenciar el Programa de Atención a Situaciones de Calle, para lo cual se va a "aumentar el equipo" que trabaja en el mismo y se "incrementará y consolidarán los refugios", aseguró el titular de esa cartera, Daniel Olsker.
Erradicar la indigencia y volver a reducir a la mitad la pobreza es la meta para el final del quinquenio, pero también está en los objetivos incrementar "la porción de la estructura productiva y social que la autogestión tiene", fortalecer la tarjeta "como instrumento de inclusión" e instalar un programa de "Sistema de Cuidados", subrayó el ministro.

¿En qué situación encontró el Mides?

Este es un ministerio que tiene varias características diferentes a los demás. Se constituyó con gente que vino al ministerio por decisión propia. Entonces tiene menos estructura burocrática y menos cultura de funcionario público, en lo que refiere a ser muy estricto con la jornada de trabajo. Tiene un promedio de edad muy bajo, entre 30 y 40 años están el grueso de los trabajadores, tiene una participación muy importante de trabajo social. Un ministerio con mucha vocación militante.
Tuvo un pico altísimo de dedicación y compromiso con el PANES, en donde lo militante, vocacional y las extraordinarias horas que se hacían por fuera del horario fueron muy relevantes. Luego se fue armando como ministerio, aunque mantuvo esas carcterísticas, pero empezó a tener organicidad de funcionamiento.
Eso hace que tengas una estructura administrativa muy débil. La Dirección General de Secretaría es relativamente débil. En el marco del trabajo por la reforma del Estado, con OPP nos hemos propuesto fortalecerla. También, porque al conformarse por unidades que venían de otros lados como el INJU, el Instituto de la Mujer e Infamilia, muchos ya traían su propia estructura administrativa.
Después hay unidades técnicas muy buenas, como la Unidad de Evaluación y Monitoreo y los distintos programas.
He salido con la gente a trabajar en la calle y he encontrado mucha vocación y espíritu de trabajo. Quizás en el último tiempo con cierta frustración de poder empujar más los programas. He encontrado una gran expectativa, de recuperar presencia del Mides en la opinión pública. Encontré lo que pensaba encontrar, tanto de cosas buenas como de dificultales, pero sobre todo mucho apoyo de la gente.

¿Cómo piensa fortalecer la estructura administrativa que encontró "débil"?

Ahí (la exministra) Ana María (Vignoli) ya había hecho una solicitud de funcionarios para las áreas jurídica, contable y demás, que en el marco de la ventanilla única ya está en camino. Por otro lado estamos pidiendo a las áreas que tienen una estructura fuerte que empiecen a mandar gente de su administración. Que sigan siendo referentes de sus programas, pero dentro de la estructura central.
También Ana María había creado una Unidad de Convenios, que estaba funcionando muy lentamente. Ahora se ha fortalecido con un contador adscripto que traje desde Salud Pública. El Mides tiene más de 300 convenios y de alguna manera estaban dispersos en la estructura,
En recursos humanos estamos bien, tenemos un buen equipo, ahí el problema es la dispersión de contrataciones que tenemos: hay presupuestados, hay otros que vienen en comisión en el marco de una ley que los habilitó y muchas contrataciones a través de organizaciones de la sociedad civil, en algunos casos justificadas, como el trabajo de campo, que hay que hacerlo rotativo, no tiene sentido hacerlo con funcionarios permanentes.
Lo que hemos acordado con (el director de OPP, Diego) Frugoni, (el prosecretario de Presidencia, Diego) Cánepa y (el secretario de Presidencia, Alberto) Breccia, que en el proceso que va desde agosto hasta diciembre, una de las cosas es la reestructura de recursos humanos propia del Mides, a partir de legitimar, cuando la evaluación así lo diga, las áreas de trabajo que hoy están tercerizadas.

Recién mencionaba que cuando llegó al Mides encontró muchas expectativas y frustraciones. ¿Cuáles son esas frustraciones?

El Mides tuvo una primera etapa muy fuerte con el Plan de Emergencia, luego comenzó a discutir las rutas de salida y se construyó el Plan de Equidad.
Tenemos un esquema que esto lo resume bien. Los escalones de gente: la indigencia; la pobreza que está dividida en dos, los pobres más vulnerables y los menos; y las políticas universales para los conjuntos y las áreas sobre las que hay que actuar, como salud, vivienda, educación, trabajo y protección social.
Hay un cruce doble, esta es una matriz de doble entrada. Tenés tres escalones poblacionales, en los cuales, en el primero actúa prácticamente el Mides 100%, con colaboraciones; en el segundo actúa el Mides, pero hay gabinetes sociales y mucha participación de Salud Pública a través de ASSE, Trabajo, Vivienda y Educación; y el tercero es un escalón de todos, en donde la tarea básica del Mides es la coordinación y la articulación.
Eso cruzado con lo que yo llamo, medio en broma, áreas espejo del gabinete social, un área de programas sanitarios, educacionales, de vivienda, de trabajo y de protección social. Ese pasaje de ir consolidando ese tercer escalón que es la reforma social, que toma el Plan de Equidad y que sigue actuando la emergencia para las 8.500 familias indigentes, con las 30 mil que complementarían llegando a la pobreza vulnerable, tiene un conjunto de programas, que muchos estaban dispersos y despotenciados, me refiero a la tarjeta, al Uruguay Social, la canasta de servicios, que es un programa que venía sin poder concretarse. Los propios programas en el territorio vinculados a políticas sociales para el realojo. Este último año se habían dado políticas como para dar saltos en esos programas y eso estaba como trabado, falto de liderazgo o de coordinación.

¿Y las expectativas?

Había mucha expectativa que a partir del gabinete del Ministerio, que integran los diez directores, y con un papel más activo en el gabinete social, en el diseño de la reforma social y en los aspectos que estaban trabados, algunas cosas se pudieran replantear.
La expectativa viene por el lado de poner en marcha estos programas, incluido el Sistema de Cuidados. También mucha expectativa en los programas que están muy vinculados a otros ministerios, que también están dispersos en el Mides, porque programas con Educación hay en Infamilia, como la FPB (Formación Profesional Básica), que es el de la formación para que los mayores de 15 años que terminaron la escuela para terminen el ciclo básico, ya tenemos 6.300 personas en ese programa, está Compromiso Educativo, que lo coordina el Instituto de la Juventud, Trabajar y Estudiar, en el área de economía social que dirige Mariela Fodde, está todo el tema de la formación profesional para las cooperativas sociales, hay muchos programas que nos vinculan con Educación, muchos que nos vinculan con Trabajo, muchos que nos vinculan con Vivienda, sobre todo en los territorios donde (la ministra de Vivienda) Graciela (Muslera) está haciendo las primeras acciones de realojo y de viviendas de interés social. Entonces la posibilidad de tener grupos interdireccionales, donde todas las direcciones coordinen por área, manteniendo su autonomía de dirección, es una expectativa que planteé en la primera reunión de directores y en la que la gente cree mucho, porque si uno quiere coordinar los ministerios del área social para tener una visión globlal de la reforma, tiene que empezar coordinando los programas en diferentes áreas o diferentes ciclos de la vida, que implica que las acciones que hagamos con infancia y adolescencia tienen que ser coherentes con juventud y con adulto mayor.

¿Cuál es la prioridad que se ha marcado en el corto plazo?

Alguien me preguntó cuál era el buque insignia y yo constesté que en realidad era una flota. Hay un trabajo de varias direcciones y uno quiere potenciar el conjunto.
Lo de cortísimo plazo es el Programa de Atención a Situaciones de Calle. Es un programa que tiene el sacrificio de la gente. Yo salí con ellos y es un trabajo conmovedor, comprometido, difícil. Para trabajar en eso primero priorizamos aumentar el equipo de calle e incrementar y consolidar los refugios. El 1 de julio el presidente (José Mujica) planteó al gabinete social "patria o muerte" con esto, así que hay que salir con todo. Y ha dado resultado. Hay más de 300 personas más en refugios, pasamos de 800 a más de 1.200, pero en el apuro pasamos a instalarlos en lugares que no son adecuados para eso.
Tenemos que ampliar los locales, tenemos uno del Ministerio de Vivienda, vamos a inaugurar otro en el viejo local de Oncología, en La Teja tenemos uno, en Florida y la rambla también. Además hemos pedido a los alcaldes de Montevideo que busquen en su zona lugares que sean más definitivos para dar en comodato al Mides.
También, un trabajo de rehabilitación y rutas de salida para esa gente. Estamos pensando en programas que quizás no han tenido mucho desarrollo, pero que están vinculados a personas en situación de calle, como Uruguay Integra, que está fundamentalmente vinculado al tema cultural, de la música, de la recreación. Estamos trabajando con el Ministerio del Interior con el programa Probá Jugar, que busca integrar el deporte a personas en situación de calle o excluidas, aunque no a ese nivel.
Lo primero son las personas en situación de calle, con urgencia inmediata y luego un proyecto más de mediano plazo.

Más allá de las personas en situación de calle, ¿qué otras prioridades maneja?

Lo segundo es el instrumento de la tarjeta, no en el sentido de la vieja tarjeta alimentaria, sino lo que llamamos Tarjeta Uruguay Social, que tiene el componente alimentario con el agregado de una experiencia piloto de devolución del IVA aplicado a los hogares que recibien subsidio público.
Además incorporar una canasta de servicios: la inclusión de los servicios de agua, luz y teléfono de estos sectores, de manera que se vayan socialmente integrando. La idea de potenciar el uso de la tarjeta como insturmento de inclusión social tiene muchísimas vetas para explotar después, como incorporar, y esto es un sueño, la historia clínica de ASSE a la tarjeta.
Tercero el tema de rutas de salidas laborales. Ahí hay tres programas: uno transitorio, que es Uruguay Trabaja y Trabajo Protegido; y otros dos que intentan ser más definitivos, Emprendimientos Productivos y Cooperativas Sociales. La diferencia básica es que Emprendimientos Productivos permite que sean iniciativas individuales mientras que en Cooperativas Sociales tienen que ser grupos asociados.
Hemos hablado mucho con (el ministro de Trabajo, Eduardo) Brenta de esto, de como vincular cooperativas sociales con cooperativas de trabajo.
Cuarto, un sistema de cuidados. Un proyecto más universal de los que tiene el Mides. Es una política de protección social que básicamente tiene como objetivo darle a personas que requieran cuidados una protección. Hay tres poblaciones, que son primera infancia, discapacitados y adultos mayores.
Las personas reciben a través de este sistema un voucher por el cual tendrán derecho, según determinadas circunstancias que se definan, a horas de cuidado.

En la campaña electoral se habló de que era posible eliminar la indigencia y volver a reducir la pobreza a la mitad. ¿Con esta coyuntura de crisis internacional es probable cumplir con este objetivo?

Eliminar la indigencia a esta altura es un problema de focalizar una a una las personas que van quedando. A esta altura, con los instrumentos que nos hemos dado para ello es posible. Hay que perfeccionar las instrumentos como la tarjeta y Uruguay Trabaja. Se puede.
En cuanto a la pobreza, es un indicador que se calcula comparando los ingresos de los hogares con la canasta, en donde pesan mucho los alimentos. La mitad del valor de la canasta son los alimentos y la otra mitad el resto de los componentes.
La situación internacional y el precio de los alimentos impacta más en la línea de la pobreza que la inflación. Los hogares más pobres destinan más dinero a los alimentos. Por eso estamos trabajando en los precios de los alimentos y en la devolución del IVA, que va a significar una mejora muy importante en el ingreso de estas personas. Si yo voy a pagar 122 pesos pero en mi tarjeta me computan 100, tengo un ingreso adicional real, de 18,03%.
Es verdad que en el consumo de los hogares más pobres pesan mucho los alimentos que tienen un 10% de IVA, (el ministro de Economía, Fernando) Lorenzo hizo el cálculo y prevé que una tarjeta puede ahorrar un 12%, es un incremento importante.
A su vez en la reducción de la pobreza nosotros podemos colaborar desde la política social: la tarjeta, la devolución del IVA, los mecanismos de cooperativa para trabajo y coordinando todas las políticas sociales, porque el acceso a la salud, a la vivienda, el salario y las condiciones de trabajo inciden.
Por eso la perspectiva de seguir incrementando el salario mínimo, que se incrementó un 65% en los últimos años, Brenta ha hablado de volver a duplicar el salario mínimo al final del período, eso está en el progrma del Frente. Es un colaborador sustantivo, con algunas medidas adicionales en el terreno del mercado de trabajo, con la consolidación de las soluciones habitacionales que Graciela ha planteado y que hay fondos para ello y con las medidas directas del Mides bien coordinadas, tenemos chances serias de volver a reducir la pobreza a la mitad.

Más allá de las prioridades inmediatas, ¿cuál es el objetivo para el final del quinquenio?

Hay cosas de impacto interno y externo. Primero, erradicando la indigencia y reduciendo la pobreza a la mitad.
Segundo, incrementando la porción de la estructura productiva y social que la autogestión tiene. La autogestión no es un proyecto de rutas de salida, no lo veo como un parche para soluciones sino como un proyecto estratégico de realización productiva y social de los uruguayos, en el marco de una visión protosocialista.
Tercero con el Sistema de Cuidados instalados y con una etapa de que estamos encaminados para desarrollar, y con la tarjeta, que sea un instrumento de inclusión social amplio, incluyendo desde alimentos, servicios y componentes socioeducativos y sanitarios.
En lo interno con un Mides que sea visto por la población como el Ministerio del desarrollo social, de la coordinación de las políticas sociales. A veces dicen que hay que sacar la imagen de que el Mides es el ministerio de los pobres, está bien, pero no puede quedar la sensación de que el Mides no tiene una preocupación especial por los pobres, en el marco de un ministerio que piensa el desarrollo social en su conjunto. Esa imagen dialéctica entre el ministerio que se preocupa por los más vulnerables y al mismo tiempo coordina las políticas sociales generales es la imagen que uno pretende que quede del Mides al final del período.

Publicado en Participando, edición de setiembre de 2011.

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