El hijo adolescente de Esteban

El gesto de agotamiento y preocupación de Esteban, cuando llegué a la redacción en la mañana del lunes me llevó a consultarlo sobre qué le sucedía. Nada en particular, es que tengo un hijo adolescente, me contestó con gesto adusto, como si esa sentencia respondiera todas las interrogantes.
Como no quedé satisfecho con el argumento esgrimido, la conversación ganó en profundidad, y ahí comprendí el problema: sucede que los hijos adolescentes son impredecibles, con el crecimiento fortalecen su carácter, no aceptan los dogmas que le imponen los adultos, tienen comportamientos particulares y por otra parte, con el paso de los años, nosotros olvidamos algunos códigos de relacionamiento que creíamos que teníamos soldados a fuego, además de un largo etcétera que no viene al caso desarrollar.
Entre risas y ya más distendido, Esteban rememoraba posteriormente sus años de juventud, en donde la militancia política lo llevaban a tener determinadas actitudes que no lograban ser interpretadas por sus progenitores, unos padres, además, que no eran malos, pero que sí, producto de que eran “de otra época” tenían actitudes machistas, se les escapaban comentarios homofóbicos y hacían chistes racistas. Sin maldad, claro está, remataba.
El problema que sufrió Esteban en su juventud es el mismo que sufre su hijo hoy. Ante una sociedad diferente, con estímulos diferentes y con un entorno también diferente, este adolescente, increíblemente para algunos, se comporta diferente.
Esta situación de corte familiar parece reproducirse también en la política, no solo en Uruguay, sino en la región y en el mundo. Muchos políticos, analistas y consultoras de opinión pública están tratando de interpretar un mundo que es diferente, con los dogmas de antaño.

Ahí afuera

Todas las encuestadoras que realizaron trabajos de campo en el plebiscito por la paz en Colombia pronosticaban un claro triunfo del Si. Los actos y distintas actividades en favor de la paz –en los que incluso llegó participar el senador uruguayo José Mujica– eran mucho más masivos que los cónclaves por el No, en donde no se lograba superar la concurrencia de unos cientos de participantes.
La contienda electoral, polarizada entre el presidente colombiano Juan Manuel Santos (a favor del Si a la paz) y del exmandatario Álvaro Uribe (partidario del No), tuvo un claro ganador: la abstención. Si bien el No obtuvo el triunfo dentro de las urnas, el resultado final mostró un 63% de abstención, mientras que del 37% que decidió votar el 50,2% prefirió el No y el 49,8% el Si.
Una de las primeras conclusiones presentadas fue la derrota de las encuestadoras, y paralelamente surgieron una buena cantidad de editoriales, publicadas en distintos medios de comunicación, defendiendo las mismas. Se afirmó que el problema es la muestra, que es difícil pronosticar cuando la votación no es obligatoria, que la fecha de la última fotografía debe ser más cercana a la fecha del sufragio porque actualmente el comportamiento electoral lleva a que en las últimas horas pueda haber cambios en las opciones, problemas con las condiciones climáticas, geográficas, etc.
Es difícil de creer que el 63% de la población colombiana sea indiferente al proceso de paz de su país, quizás sea más fácil pensar que más de la mitad de ese país no se sintió representado por quienes llevaban adelante las iniciativas, o lo que es peor aún, que no resultó creíble ninguna de las propuestas.
Más allá de la región, en Europa están creciendo los grupos de “indignados”. En España el 15M nació producto de la crisis política y económica, y fruto del descreimiento en un sistema de partidos que llevó a este país a una debacle. En Francia, el grupo de “insumisos” crece día a día, descreyendo del gobierno socialista y enfrentando a la derecha y extrema derecha gala. También podemos desarrollar infinidad de ejemplos, cada uno con sus particularidades, como los del Reino Unido, Ucrania, los países árabes, etc.

En casa 

Uruguay no es una excepción a esta situación que vive el mundo, nuestro país no es una isla. En el mes de setiembre Factum realizó un ranking de confianza en las instituciones. Ante una lista de nueve instituciones se les preguntó a los encuestados cuánta confianza tenía en cada una de ellas. La sorpresa del trabajo la dieron los partidos políticos (22 puntos) y el Parlamento (26 puntos), que resultaron posicionados último y antepenúltimo respectivamente en el estudio. Además, si se hace un comparativo del resultado de este mismo estudio con el obtenido en el año 2015 se comprueba que el Parlamento bajó nueve puntos y los partidos políticos doce.
Para la generación etaria en que se encuentra la mayoría de los políticos de Uruguay es una sentencia difícil de creer, ya que hace poco más de 30 años atrás se peleaba por recuperar la democracia, por contar con partidos políticos legales y volver a recuperar la actividad parlamentaria.
Puede discutirse si se trata de una crisis de la política, pero parece más atinado decir que la crisis esa de una determinada forma de hacer política que no convoca y no resulta creíble por gran parte de la ciudadanía.
Es necesario comprender que existen nuevos comportamientos ciudadanos, que hay una sociedad que tiene estímulos diferentes, que existen otras demandas y nuevas agendas.
No existe el desencanto con el político, es una sentencia demasiado abarcativa y generalista, pero sí se constata desencanto con determinado prototipo de actor político y también el descreimiento con una forma de hacer política, elementos que se suman a nuevas demandas que no siempre son interpretadas por los partidos.
Queda en manos del político aceptar el aprendizaje que logró Esteban con su hijo adolescente: entender que el mundo es diferente y que los dogmas de antaño no se pueden aplicar como recetas en el presente. Es tarea de los políticos y de los asesores en comunicación política el escuchar y lograr decodificar las demandas de hoy, para poder estar más cerca de los ciudadanos y lograr estar a la altura de las necesidades de la población.

Publicado en semanario Voces. Edición del 13 de octubre de 2016.

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