"El asesinato más grande de la historia"

A pesar de haber recibido un balazo en la cabeza, José Machado es el último sobreviviente de los militantes comunistas presentes en la Seccional 20 la madrugada del 17 de abril de 1972, cuando un comando de las Fuerzas Conjuntas fusiló a ocho camaradas.

"En agosto voy a cumplir 78 años y sigo afiliado a la Seccional 20", señala antes de comenzar a relatar los detalles de la masacre que ocurrieron hace 36 años y sobre la que los responsables quedaron impunes recuerda.

-¿Cuándo comenzó a militar en el Partido Comunista?

-Vine de Durazno con 22 años e ingresé al Partido Comunista en seguida, apenas entré a trabajar en la fábrica Nervión.

-¿Antes de la madrugada del 17 de abril ya había hecho guardias en la Seccional 20?

-Sí. Pudiendo, siempre las hacía. Tuve un accidente un mes antes, me cortó la punta del pie una máquina en la fábrica, estuve internado seis meses. Salí y pasó esto. Unos días antes había sacado la Lotería.

-¿A qué hora comenzó su guardia en la Seccional 20?

-El 16 de abril empezamos la guardia a eso de las ocho de la noche, éramos once compañeros, en total y ya preveíamos que algo nos podía llegar a pasar, nos habían avisado.

Primero apagaron todas las luces de la zona, pasaban las camionetas llenas de militares de un lado a otro, nosotros los veíamos a través de un vidrio desde adentro del local.

Alrededor de las dos de la mañana empezaron a golpear la puerta los militares y nos gritaban: abran comunistas hijos de puta. Nos partieron al medio una puerta de cedro, que era muy gruesa. La puerta la echaron abajo y nos seguían gritando: "Salgan, salgan hijos de puta". Ahí salió Héctor Cervelli, adelante, que estaba conmigo cuidando la puerta, atrás fui yo.

-¿Qué vio cuando salió?

-Había un militar sobre la derecha de la puerta, que supongo era el que nos gritaba. Apenas pisamos la vereda le dieron unos cuantos balazos a Cervelli, yo lo vi que se retorcía y caía.

Apenas salí a la puerta sentí un guascazo en la cabeza y se me terminó la suerte. Después no me acuerdo de más nada.

-¿Le pegaron un balazo en la cabeza desde atrás?

-Sí, bien de atrás. El tipo que estaba contra la puerta fue el que nos dio. Todavía tengo un pedazo de bala metida en la cabeza.

-¿Los restantes compañeros dónde estaban?

-Arriba. Después, según me dijeron, los hicieron salir y los acribillaron en el piso, algunos quedaron horas en el piso desagrándose.

-¿Cómo sobrevivió?

-Nos llevaron enseguida al Hospital Militar. Cuando ellos le pegaron un balazo al capitán Wilfredo Busconi se asustaron, que creo era el que estaba en la puerta. Había una ambulancia que nos llevó a Busconi, a Cervelli y a mí.

No sé cuántos días estuve en el militar, un mes más o menos, estuve en coma.

-Les quisieron adjudicar el disparo a Busconi.

-Sí, pero nosotros no teníamos armas.

-¿Se enteró de la masacre estando internado en el Hospital Militar?

-Sí, me hicieron hacer un montón de declaraciones, había estado de guerra interno, me llevaban al Juzgado y yo les decía la verdad. Después quedé preso. No fui de los que pasó peor, estuve los primeros días sentado en una silla, tenía que dormir sentado.

-¿Sabe quiénes fueron los responsables de la masacre?

-El principal era Busconi.

-Hace 36 años ya de esta masacre. ¿Cómo ve los hechos hoy, a la distancia?

-Como el asesinato más grande que se hizo en la historia. ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué necesidad había? Fue el atropello más grande que nos hicieron y se equivocaron, porque ahora la van a pagar. Todo porque éramos comunistas y porque íbamos al frente.

-¿Está satisfecho con que violadores de los derechos humanos hayan sido procesados?

-Tendrían que ir presos todos los que tienen culpas. Hay muchos, militares y algunos políticos, que tendrían que ir también.

Nota: Entrevista que realicé para el diario La República publicada el 18 de abril de 2008.

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