Sorprendió a muchos que Francisco Everardo Oliveira Silva, más conocido como el payaso Tiririca, haya sido el diputado más votado en las elecciones nacionales del pasado 3 de octubre en Brasil y el segundo de la historia electoral del país. Solo él recibió casi un millón y medio de votos.
Nació hace 45 años en un hogar muy pobre en el estado de Ceará. Trabajó desde niño vendiendo golosinas en circos, pero luego, a los ocho años, comenzó su carrera de malabarista y equilibrista. Un día faltó el payaso y él ocupó su lugar, utilizó el nombre de Tiririca. Varias giras y shows por todo Brasil vendrían después, hasta que en la década del 90 grabó un disco exitoso que lo catapultó a la fama. Poco después llegó la televisión.
Tiririca pertenece al Partido de la República, una agrupación, que aunque de derecha, respalda la candidatura de Dilma Roussef.
Se dice que el payaso es analfabeto y que su campaña fue una burla a la democracia, motivos por los cuales se intentó impugnar su candidatura ante el Tribunal Electoral de Brasil, pero la iniciativa no tuvo éxito.
Fortalezas de Tiririca
Luego de ver la campaña televisiva y leer comentarios de analistas, la deducción es que no existe un motivo único por el cual obtuvo ese aluvión de adhesiones. Sus debilidades las convirtió en fortalezas, desmitificó a la política y al actor político, fue outsider del sistema y un par de la gente, pero además y sobre todo, debajo de la pintura también se encuentran ideas programáticas enfocadas hacia los niños pobres de su país.
Tiririca no cuenta con experiencia política y lo dejó claro en su campaña televisiva: “¿qué hace un diputado federal? En realidad yo no sé, pero vóteme y le cuento”, dice uno de sus spots principales, que cuenta con un jingle muy pegadizo.
El payaso utiliza su experiencia en los medios de comunicación como plataforma. No es casual que en la presentación de las piezas publicitarias diga “soy Tiririca, el de la televisión”. Y seguido de eso viene un chiste, que pega en donde más le duele al sistema político: la corrupción. “Voy a ayudar a los más necesitados, inclusive a mi familia”, subraya Tiririca.
Jugando con el humor se autodenomina como “un candidato lindo” y muestra la papeleta que tiene que elegir la gente en el cuarto secreto, en donde se encuentra sin maquillaje ni peluca. Luego dispara: “vote a Tiririca, peor de la que está no va a estar”.
Más allá del humor, el diputado federal electo por San Pablo también tiene una propuesta programática importante, que es el combate al hambre infantil, y con sus antecedentes quién mejor que él para plantear el tema. También, fiel a su profesión, maneja una iniciativa para subsidiar circos.
El ser un outsider del sistema político y la posibilidad del “voto castigo” al actor político que manejan varios analistas parece difícil de comprobar. Hoy se valora al par, al igual a uno, y quizás los brasileños se sientan más cerca de un payaso que de un “político tradicional”. Además hubo varias figuras que distan de los cánones habituales del sistema y que no tuvieron éxito ninguno.
Otras campañas
En estas elecciones se presentaron los ex jugadores de fútbol Romario, Bebeto, Danrlei, Vampeta, Marcelino Carioca, el ex boxeador Maguila, una decena de cantantes, humoristas, actores, figuras del carnaval, una actriz porno y una prostituta, entre otros.
Quizás dentro de los outsiders, el que contó con mayor aprobación fue Romario, que resultó electo diputado federal por Río de Janeiro, mientras que su ex compañero Bebeto también ingresó al Parlamento pero con una baja adhesión. Aquí queda de manifiesto la importancia que tiene el fútbol en la sociedad brasileña.
El resto de los candidatos que enfrentaron al sistema tuvieron muy baja votación. La Mujer Melón y la Mujer Pera, que apostaban directamente a su belleza consiguieron 1.650 y 0 (si, cero) votos respectivamente.
El ex boxeador de peso pesado Maguila tampoco consiguió banca. Dentro de su campaña televisiva llamó mucho la atención que se lo veía haciendo guantes con una bolsa que tenía impreso un payaso, en clara alusión a Tiririca. La violencia no parece ser un buen argumento dentro de las campañas electorales.
Otras de las figuras diferentes de los comicios la constituyeron la ex prostituta Gabriela Leite, que utilizó el slogan “Puta deputada”, así como la actriz porno Cameron Brasil, que convocaba a votar “con placer” a su lista 1969. Ninguna de las dos resultaron electas.
El ser outsider político y tener dinero para hacer una campaña en los medios, fundamentalmente en la televisión, no asegura una banca en el Parlamento brasileño. Se necesita algo más, algo que Tiririca encontró y los demás no.
Gráficos de campaña
Romario fue electo diputado federal.
El ex boxeador Maguila intentó, sin éxito, golpear al payaso Tiririca.
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