Dos verdades y dos historias, vos elegís

El periodista polaco Ryszard Kapuscinsky en su libro Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo, expresa una interesante opinión a tener en cuenta: desde que los medios de comunicación se han desarrollado en los últimos años del pasado siglo, ya no existe una verdad o una historia sino dos.

Específicamente Kapuscinsky afirma que a partir de la segunda mitad del siglo XX estamos viviendo dos historias diferentes, “la de verdad y la creada por los medios” masivos de comunicación.

La diversión, el drama, el peligro latente que nos espera agazapado en cada esquina se deben a que cada día vivimos más intensamente las historias que nos cuentan los medios, fundamentalmente la televisión, y no la verdad, “por ello nuestro conocimiento de la historia no se refiere a la historia real, sino a la creada por los medios”.

Personalmente comparto plenamente lo que cuenta el escritor polaco y lo corroboro día a día cuando converso con cualquier vecino, que me cuenta que ya no se puede caminar tranquilo por Montevideo porque estamos en manos de menores delincuentes, pero a pesar que este buen señor camina día y noche por la ciudad nunca le ha pasado nada.

Si medimos cuantitativamente y con total objetividad el porcentaje de tiempo que dedican los informativos televisivos al tema de la inseguridad sin lugar a dudas que no se corresponde con lo que acontece en el país. ¿O acaso casi la mitad de las historias del país refieren exclusivamente a problemas delictivos?

Los medios uruguayos están construyendo una realidad que no condice en absoluto con la verdad del país, que según nos enteramos recientemente es el más próspero de la región y 29º del mundo, según el Legatum Institute una consultora independiente inglesa, pero esto claro está que no tuvo mayor destaque.

El rating, los intereses económicos y los políticos llevan a los medios de comunicación a crear una verdad, que no es necesariamente la del ciudadano de a pie de nuestro país sino la que deben vender para satisfacer el bolsillo de algunos empresarios y generar beneficios a una parte del sistema político.

Por eso es que a la hora de mirar la televisión tenemos que tener en cuenta cada día más: existen dos verdades y dos historias, la nuestra y la de los medios, como dice Kapuscinsky, así que cada uno es dueño de vivir la que más le guste.

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