“Aburrido”. Esa
es la conclusión de la mayoría de los analistas que observaron el debate entre
los presidenciales ecuatorianos Daniel Noboa y Luisa González. “Sin sorpresas”,
dijeron otros colegas que en ese mismo domingo 1 de octubre vieron a los
candidatos argentinos a la Casa Rosada, Javier Milei, Sergio Massa, Patricia
Bullrich, Myriam Bregman y Juan Schiaretti hacer lo propio. ¿Sirven para
algo entonces los debates o solo forman parte de la política del espectáculo?
Tanto en
Argentina como en Ecuador el debate dejó material, quizás no todo lo esperado
por la teleaudiencia, pero sí para confirmar algunos conceptos que ya se
vislumbraban.
En el Río de la
Plata seguramente la lupa estaba puesta más en Milei que sobre el resto de los
candidatos argentinos, debido a las características personales explosivas del
libertario y por algunas de sus propuestas que parecen tan reñidas con la
política como irrealizables.
Son varios los
enunciados que nos dejó el neopopulista, entre ellos uno que no debe pasar
desapercibido y que se viene repitiendo en otros países que han sufrido
dictaduras cívico-militares en América Latina: el negacionismo y la defensa de
un relato histórico que minimiza las violaciones a los derechos humanos y
reivindica el papel que tuvieron quienes ejercieron el poder entonces.
“Empecemos por la
verdad. No fueron 30 mil desaparecidos, son 8.753. estamos absolutamente en
contra de una visión tuerta de la historia. Para nosotros durante los 70 hubo
una guerra, en esa guerra las fuerzas del Estado cometieron excesos… pero
también los terroristas de montoneros ″, dijo Milei.
No es de asombrar
el mensaje del libertario, tomando en cuenta que su candidata a vicepresidenta
es Victoria Villarruel, hija y nieta de militares que cuando se juramentó en el
Congreso lo hizo “por las víctimas del terrorismo”. La compañera de fórmula es
una activista destacada de quienes promueven el relato negacionista de las
atrocidades de la dictadura, a la cual reivindica, además de marcar una férrea
oposición a la nueva agenda de derechos, entre ellos la interrupción voluntaria
del embarazo y el matrimonio igualitario.
Quien respondió
con mayor firmeza a las afirmaciones negacionistas de Milei fue Bregman, además
de posicionar el que quizás fue el marco cognitivo (frame) más importante de la noche: “el gatito mimoso”.
"Milei llega
hasta acá hablando en contra la casta. No es casta, pero hace alianzas con (el
sindicalista Luis) Barrionuevo. No es casta, pero le arma las listas Massa. No es casta, pero lleva a
una vicepresidenta de la casta militar. No es casta, pero ya se mudó a un
barrio privado como muchos políticos que él critica. Milei es empleado de
los grandes empresarios que
ganaron millones en estos años, algunos viviendo del Estado, y con él esperan
ganar mucho más. No es un león es un gatito mimoso del poder económico", remató
la candidata del Partido de los Trabajadores Socialistas.
El especialista
en debates español Manuel Campo Vidal, en sus conferencias, siempre hace
referencia a la importancia del plano de escucha. En este punto tan importante,
vinculado a la comunicación no verbal, Milei tuvo varios errores producto de su
exagerado histrionismo, ya que cuando intervenían los otros candidatos y la
cámara tomaba al libertario, sus gestos denotaban una excesiva pedantería con
la cual resulta difícil empatizar.
También Massa se
refirió a algunas propuestas de Milei que son muy sensibles para el pueblo
argentino, entre ellas la de autodeterminación que señaló Diana Mondino, su
asesora en temas internacionales, cuando afirmó en una entrevista al diario
inglés The Telegraph que los
habitantes de las islas Malvinas deben “decidir su propio destino”. El
candidato del Frente Renovador también recordó la iniciativa neoliberal de los
libertarios que proponen achicar el Estado al punto de cerrar el Banco Central.
“Poner la bandera
de otro país en las Malvinas o en el Banco Central, como plantea este señor es
simplemente renunciar a la sangre de nuestros caídos y renunciar a la soberanía
para el desarrollo de nuestras empresas. El destino de las pymes está condenado
si este señor gobierna la Argentina”, subrayó Massa.
A pesar de ser
secretario de Estado, parte de la estrategia del peronista estuvo vinculada a
convocar a un “gobierno de unidad nacional” y a tomar distancia de la actual
administración del presidente Alberto Fernández y de la catastrófica situación
política que vive Argentina. Sentencias tales como “mi gobierno, no este
gobierno”, “corregir los errores” o “hacer los cambios que haya que hacer,
cueste lo que cueste”, fueron dichas por Massa durante el debate.
“La inflación es
un enorme problema de la Argentina. También tengo claro que los errores de este
gobierno lastimaron a la gente y por ellos, aunque no era parte hasta asumir
como ministro de Economía pido disculpas”, también dijo el candidato del Frente
Renovador.
Posiblemente
todos esperaban una mejor performance de Bullrich, que por momentos leyó sus
exposiciones –al igual que Milei– y demostró poca solidez en materia económica.
Además, el manejo de cámaras y la dicción fue realmente deficiente en la
candidata del Pro.
Pero también los
ecuatorianos “disfrutaron” de un debate presidencial el pasado domingo 1 de
octubre, que para muchos fue decepcionante, y que confirmó el desconocimiento
de la realidad, de lo que sucede en las calles y se vive en el día a día del
país.
El empresario
conservador Daniel Noboa, favorito de las encuestas y la candidata del
correísmo Luisa González, debatieron sobre cuatros ejes: político, económico,
social y seguridad, mientras que otras temáticas, como por ejemplo las
vinculadas a género, quedaron por fuera de la propuesta.
Los analistas
coincidieron que ambos candidatos se cuidaron mucho y que eso hizo que el
debate fuera sumamente aburrido. No hubo propuestas diferentes a las que ya se
conocían ni nada que se saliera de los esquemas esperados, lo cual favoreció a
Noboa, por ser el favorito de las encuestas.
Ni Noboa ni
González parecieron haber preparado el debate como ameritaba, por lo que se
perdieron la oportunidad de ganar el favor de algunos indecisos o de desactivar
votos de su oponente. Incluso, en el caso de Noboa evidenció problemas de
dicción y de manejo de cámaras muy importantes, mientras que González lució un
vestuario poco apropiado para la oratoria política, ya que podía verse parte
del tatuaje que lleva en el pecho, resultando esto un elemento que puede considerarse
distractivo.
Sobre ganadores y
perdedores los debates nos dejan una enseñanza importante. Ya lo decía Quinto
Tulio Cicerón en su texto Commentariolum
Petitionis, a través del cual le presentó recomendaciones sobre la campaña
electoral a su hermano, Marco Tulio Cicerón, que postulaba para edil de Roma en
el siglo I AC: “comparece
siempre al hablar tan preparado como si de cada intervención dependiese la
opinión futura sobre todas tus dotes”.
Últimamente
los debates sirven para activar predisposiciones que ya están latentes. La gran
mayoría de quienes ven este show de la política del espectáculo tienen la
definición del voto tomada y simpatía por alguno de los candidatos, lo que hace
que veamos este evento con lentillas partidarias, o sea, por lo general
creeremos que nuestro candidato tuvo la mejor performance. Por otro lado, los
indecisos son menos politizados e interesados en la política, por lo que no
necesariamente ven los debates, aunque sí quizás opten por informarse a través
de algún resumen del mismo que pueden encontrar en internet.
Esta
situación lleva a que, si se prepara bien un debate, en forma profesional,
logremos sortearlo con éxito o al menos quedemos en tablas, por lo que el
riesgo se encuentra siempre en la enseñanza de Quinto Tulio Cicerón, cuando no
estamos preparados para el mismo y cometemos un error que nos puede llegar a
costar la elección.
El tiempo
–y la investigación– dirá si los debates en Argentina y Ecuador tuvieron
incidencia en la elección del futuro presidente de estas dos naciones.
El Post Antillano, edición del 3 de octubre de 2023.
El Siglo de Guatemala, edición del 4 de octubre de 2023.
Semanario Voces de Uruguay, edición del 5 de octubre de 2023.
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