Seguridad y oportunidad

La asunción de Jorge Bruni como nuevo ministro del Interior, y por ende el abandono de Daisy Tourné de dicho cargo, dejaron a la oposición política y mediática sin su flanco habitual para atacar al gobierno nacional.

No cabe duda alguna, y una encuesta presentada por Equipos Mori el pasado 5 de mayo, demostró que la oposición política cuenta con su máxima fortaleza ante el electorado nacional en los aspectos vinculados al combate a la delincuencia.
En dicho trabajo quedó establecido que en lo referente a la seguridad ciudadana, los encuestados tenían mayor confianza a que estas políticas fueran llevadas adelante por un precandidato de la oposición y no por uno del oficialismo. En este caso específico, el trabajo de Equipos Mori establecía que la oposición cuenta con el respaldo del 46% del electorado mientras que el oficialismo tiene el 35% para combatir eficazmente a la delincuencia. Yendo a los precandidatos, el que es más fiable en este rubro, según la encuesta, es el herrerista Lacalle, que obtiene el 19% del apoyo popular.
Con estos datos a la vista el discurso de la oposición se centró, especialmente en este último tiempo, en la inseguridad y en la escasa defensa que realiza el gobierno frenteamplista de los ciudadanos. La competencia electoral llevó incluso a que los discursos y las publicidades pusieran énfasis en ese tema.
Por su parte, la administración Tourné mostró un perfil muy alto y de poco diálogo con la oposición; a los ataques recibidos desde tiendas blancas y coloradas (justificados o no) se respondió en muchos casos con altivez y agresión.
Poco importa si la ministra renunció o se le exigió la renuncia, lo que interesa aquí son las causas y las consecuencias de ello, pero no detenerse en detalles que nada aportan a nuestra sociedad en su conjunto y mucho a la chusma.
Lo cierto es que casual o premeditadamente el presidente Tabaré Vázquez pidió o aceptó la renuncia indeclinable de Tourné a pocos días de las elecciones internas del 28 de junio y a cuatro meses de las elecciones nacionales, en una acción que, en un futuro inmediato, seguramente deje de restarle réditos electorales a la izquierda.
Con esta acción, a las fuerzas opositoras no les queda otra opción que abrir una carta de crédito al nuevo jerarca. La oposición podrá capitalizar como una victoria el haber solicitado, en reiteradas oportunidades, la renuncia de la ex titular del ministerio del Interior, pero con la asunción de Bruni perdió la oportunidad de seguir golpeando en el flanco que más éxito le estaba brindando en el electorado.

Otro perfil
En el mediodía del martes 17 asumió como nuevo ministro del Interior el ex subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Jorge Bruni. En la oportunidad, según narraron medios de comunicación que han sido tildados por la actual administración como los principales opositores del gobierno progresista, el nuevo jerarca exhibió diferencias importantes con la antigua conducción.
Bruni, a diferencia de Tourné, cuenta con un “tono conciliador” y “un bajo perfil” se escuchó en alguna emisora de AM.
El ex subsecretario de Trabajo es una persona muy seria que no ha tenido una gran exposición mediática, lo cual complica a la oposición para hacer un blanco fácil del nóvel secretario de Estado.
A esto se suma que es un hombre ejecutivo y de pocas palabras: “no es momento de discursos sino de procesar acciones”, sentenció el pasado martes en el transcurso de su breve oratoria.
Bruni convocó además, en su discurso de asunción, a todos los partidos políticos nacionales a presentar responsables electorales ante su cartera, con la intención de elaborar políticas conjuntas de cara a los comicios del 28 de junio y del 26 de octubre.
Más de una vez la oposición política sentenció que no contaban con seguridad para los actos eleccionarios que se avecinaban, sin obtener una respuesta específica de la ex ministra Tourné. El nuevo ministro no esperó este tipo de críticas, sino que actuó antes de escuchar los reclamos blanquicolorados.
Al mismo tiempo se anunció la intención de elaborar políticas de Estado en el tema seguridad; crear un proyecto estratégico para el país aún en la “discrepancia” que pueda existir entre las diversas fuerzas políticas.
Asimismo expresó el apoyo a lo realizado por las dos anteriores administraciones frenteamplistas, la de los socialistas de José Díaz y Tourné, pero aseguró que está abierto a escuchar “sugerencias”, ya que siempre se pueden hacer correcciones. “Nadie esta exento de cometer errores, por lo que son bienvenidos todos los aportes”, subrayó.
El discurso de Bruni no alcanzó los diez minutos de duración. Al culminar la conferencia de prensa no realizó declaraciones a los periodistas presentes.


Publicado en Semanario Voces (17.6.2009)

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