Salvador Allende: “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”


Hoy es uno de esos días en que ya no debería producirnos sorpresas, aunque sí desilusión, el redescubrir la amplia cobertura que le dan los medios uruguayos al atentado que perpetró, una década atrás, Al Qaeda en Estados Unidos y el tímido recuerdo que nos ofrecen de la caída del régimen de Salvador Allende en Chile, también un 11 de setiembre, pero de 1973.

Claro que esta omisión no es exclusiva de los medios nacionales, porque si miramos los títulos principales de los diarios argentinos descubrimos que en la tapa de Clarín se destaca una nota titulada: “Torres Gemelas. El atentado que marcó la década”; mientras que La Nación coloca en su portada: “A 10 años del 11-S. EEUU se une en el recuerdo del horror”. Lamentablemente no existe ninguna alusión a la tragedia sucedida 38 años atrás en Chile y que marcó mucho más a nuestra región.

Con este panorama rioplatense uno puede tratar de acudir a los medios trasandinos y ver la cobertura que dieron en esta fecha los diarios de este país sobre ambos casos y ahí la decepción también es grande.

La Tercera de Chile difundió en su tapa un informe titulado “Nueva York recuerda hoy 11/9 con emotiva ceremonia”, pero no mencionó, al menos en portada, el golpe de Estado de Pinochet. Incluso, si uno navega por los portales de noticias chilenos descubrirá que la cobertura está enfocada principalmente al ataque terrorista que padeció Estados Unidos, mientras que la tragedia trasandina solo se menciona vinculada a la veintena de detenidos tras los incidentes que se produjeron en la marcha que recordó el aniversario del golpe de Estado.

Curiosidades de la prensa regional, que parafraseando a Allende, sus palabras no producen “amargura sino decepción”.

De todas formas, aún es posible escuchar las palabras del presidente Salvador Allende desde La Moneda, cuando decidió dirigirse por última vez a su pueblo a través de radio Magallanes, mientras los fascistas que encabezaba Pinochet se hacían del poder a través de las armas.

“Yo no voy a renunciar, colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, sentenciaba Allende a través de radio Magallanes.

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