“Ninguna propuesta educativa es buena si no dura”

El ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, entrevistado por el Participando afirmó que Uruguay debe tomar “un camino de compromiso creciente” para mejorar la educación y que esto solo puede lograrse “buscando consensos nacionales que te permitan avanzar juntos y generar la confianza para que el país apueste a un esfuerzo presupuestal”.

El secretario de Estado se mostró partidario de un incremento presupuestal para la educación, pero aseguró que con el 6% del PBI “son pocos los escalones” que podrían subirse. Además Ehrlich, entre otras cosas, se refirió a la enseñanza terciaria, la UTEC, la Universidad de la Educación y los avances que se han producido en cultura.

¿Cuáles son los grandes objetivos en educación?

Los grandes objetivos se pueden resumir en que la totalidad de nuestros jóvenes completen la enseñanza media, poder generalizar el acceso a la enseñanza terciaria y crear condiciones para que las personas puedan seguir aprendiendo en toda su vida. Una mejora en la calidad educativa a todo nivel.

¿Y cuáles han sido los avances?

En este período, por un lado se han desarrollado acciones muy diversas, algunas que venían de períodos anteriores, tendientes a resolver las problemáticas que tenemos: la desvinculación temprana en la enseñanza media, la falta de asiduidad y el rezago en primaria, la falta de oportunidades para el acceso a la enseñanza terciaria y la enorme brecha social y territorial que tiene la educación, porque las oportunidades de completar la educación y el acceso a la misma es diferente de acuerdo al quintil de la población al que pertenezca el estudiante y en qué lugar del territorio viva. Los problemas mayores de rezago y desvinculación los encontramos en los primeros quintiles de ingreso de la sociedad.
Hemos desarrollado muchas acciones para acompañar a los jóvenes, para apoyar a la familia en el transcurso del ciclo educativo y acciones de revinculación muy variadas, como el boleto gratuito en la enseñanza media o el aumento de las becas. Hoy en la enseñanza media estamos por encima de las 10 mil becas y las vamos a aumentar. Otras acciones son las que favorecen el tránsito educativo. Todos estos programas están resolviendo algunos de los problemas planteados, pero tenemos que lograr cerrar la canilla para no perder más jóvenes y revincular a los que se han ido quedando en el camino o generar alternativas para su inserción en la vida.
Con el programa Uruguay Estudia, por ejemplo, llegamos a las 12 mil becas en la enseñanza media, que es un avance considerable sobre las que teníamos al inicio del período que eran poco más de mil.

La oposición habla del deterioro de la educación, ¿por qué?

Estamos viendo una disminución del rezago y una disminución del ausentismo en Primaria, con un aumento de los tiempos educativos con las escuelas de tiempo completo y tiempo extendido, que vamos a llegar, sumando todo, a las 300 al comienzo de 2015. El año que viene empiezan 250, empezamos el período con 130 y cuando asumió el Frente Amplio el gobierno eran unas 100.
Se han desarrollado las Escuelas Aprender, que son unas 270, para poder acompañar de manera más firme a los alumnos que vienen de contextos socioculturales más difíciles.
En la enseñanza media aumentó la cobertura educativa, está aumentando el número de jóvenes que termina el ciclo educativo de manera significativa, está disminuyendo el rezago y la desvinculación.
Cuando se evalúan los resultados empezamos a ver que estamos en los mejores niveles del continente, aunque no es suficiente, tenemos que llegar más lejos y más rápido, pero no podemos hablar de deterioro. Sí estaba seriamente deteriorada la educación, pero la estamos levantando, vamos ganando punto a punto en las distintas tareas, pero hay que lograr cambios estructurales.

¿Entonces a qué atribuye esa definición de deterioro?

Tenemos serios problemas, se habla de deserción, es una palabra muy fuerte y desacertada. No desertan los jóvenes, sino que los vamos abandonando. Ahí lo que vemos es el impacto de la historia de nuestra sociedad. Una parte de nuestros jóvenes cargan con mochilas muy pesadas, lo que podemos reprocharle a la educación es que no tiene la fortaleza para resolver esos problemas y lograr acortar la distancia entre los jóvenes con esas historias de vida, pero la educación sola no puede resolver esos problemas y cuando vemos que todos los valores mejoran… está bien, pero puede y debe rendir más, hay que ir más lejos.
Podemos discutir la velocidad con la que avanzamos, pero no voy a admitir la palabra deterioro, porque estamos saliendo del mismo.

La educación ha pasado a ser una de las principales preocupaciones de los uruguayos…

Si, y es tremendamente positivo que la sociedad se enfoque en la educación, no lo hacíamos así hace unos años, cuando mirábamos la sociedad con mucho pesimismo y se decía que no valía la pena estudiar o que valía la pena si era para irse del país. La sociedad no miraba a la educación y cuando hoy todos la miramos con esperanza es porque estamos mirando al futuro con esperanza.
Al mismo tiempo eso convierte a la educación en un tema de alto rédito político. Escucho cantidad de propuestas, recetas y opiniones de lo que hay que hacer, la mayoría son positivas, pero ninguna alcanza para cambiar todo. Yo hice números, y si tuviera un 1% más del PBI ¿qué haría?, hago los números de cuánto necesitaría para incluir a todos, cuántos liceos, escuelas técnicas, recursos en general que necesitaría, y es mucho.

¿Tenemos que ir a más recursos entonces? 

Creo que si, pero necesariamente se requiere de una propuesta que va a atravesar varios períodos de gobierno, tenemos que subir escalones cada vez más altos. El formidable ejemplo de Finlandia se construye en varias décadas, con un compromiso de no cambiar el rumbo. Podemos tener opiniones muy diversas en varios aspectos pero el gran rumbo debe ser uno solo y hay que mantenerlo. Ninguna propuesta educativa es buena si no dura.

Pero para eso se necesitan acuerdos políticos partidarios muy sólidos y que sean respetados por las partes...

Para eso se necesita un acuerdo nación. Hemos pasado por los acuerdos interpartidarios y este ministro aún tiene las cicatrices en la espalda.

¿Y es optimista de que se pueda lograr un acuerdo de este tipo en Uruguay?

Si yo me remito a la experiencia que he tenido, me resulta difícil ser optimista, pero creo que es el camino que hay que recorrer. Vendrán nuevos actores y hay que construir consensos. Sin eso es muy difícil mantener un rumbo por mucho tiempo. Necesitamos de todos los actores políticos y sociales, con los docentes en primera fila, sin ellos no se pueden hacer los cambios, precisamos que la sociedad acompañe y así el país pueda comprometerse con un esfuerzo creciente.

¿Está de acuerdo con dar el 6% del PBI para la educación?

Estamos arañando el 4,7%, no quisiera atarme al 6%, hice los cálculos de cuántos escalones más puedo subir con un 1% más y son pocos. Hay que seguir un camino de compromiso creciente de país, que solo se logra buscando consensos nacionales que te permitan avanzar juntos y generar la confianza para que el país apueste a un esfuerzo presupuestal.

Hay quienes dicen que se ha dado un incremento presupuestal importante a la educación y no va de la mano con los avances que se deberían obtener. ¿Cuál es su opinión?

A los pocos meses de asumir ya escuché eso. A fines de 2010 se comunicaron las evaluaciones de las pruebas Pisa que muestran una fotografía de los problemas del país y allí comenzó el discurso. Yo hablo de un esfuerzo continuado en el tiempo, se logró saldar una deuda social importante, con salarios muy postergados que condujeron a un deterioro de la profesión docente, también recorrimos años de mucha convulsión política en educación, que generaron tensiones entre los docentes y la sociedad.

¿Cómo estamos en la enseñanza terciaria?

Al inicio de cada período de gobierno es usual que el presidente visite al Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República (Udelar), en este período, en marzo de 2010, el presidente Mujica se encontró con el CDC, no en 18 y Eduardo Acevedo, sino en Tacuarembó. Se selló un acuerdo con la Udelar, que asumió el desafío de fortalecer su desarrollo en el interior.
La Udelar logró consolidar tres centros regionales: en el este, en el noreste y en el noroeste, con fuertes capacidades docentes, carreras nuevas, que no fueron definidas en Montevideo, en una concepción de trabajo regional. La matrícula está por encima de los 11 mil estudiantes.
La Udelar ha logrado tener niveles de calidad en lo que es producción de conocimiento, con un fuerte reconocimiento internacional a la calidad de las producciones científicas uruguayas que están en lo más alto del continente. Además, desde el 2005 hasta ahora, se aumentó en un 50% sus egresos.
Se han procesado otros cambios, además, la UTU también está desarrollando carreras terciarias en el interior del país, a eso se le suma la UTEC, que coordina con la UTU y Udelar. En ese sentido es razonable poner de relieve la creación del primer campus interinstitucional en Rivera. A este panorama hay que sumarle el proyecto de ley de la creación de la Universidad de la Educación.
Otro componente de este sistema terciario de educación pública, que es uno de los objetivos grandes del período, es sentar las bases y poner a andar un sistema terciario de educación pública de cobertura nacional que incluya instituciones que se complementen e interactúen en el territorio. Este es uno de los resultados de mayor significación de este período, ese compromiso de la educación con el territorio, imprescindible con la proyección de un país integrado y para lograr los cambios educativos.

¿Necesitamos una Universidad de la Educación?

Uruguay lo precisa, es una de las apuesta centrales, darle el mayor relieve, la mejor formación a los docentes, que tienen que ser referentes de la sociedad. Necesitamos que tengan el acceso a la formación de mayor nivel y exigencia, y esta propuesta va en ese sentido.

¿En qué está la conformación de la UTEC? ¿Se han producido nuevos avances?

La UTEC nace con esa vocación que está fuertemente vinculada al territorio, pero necesita de las otras instituciones y las otras instituciones de la UTEC. Necesitamos un sistema terciario con múltiples instituciones, cada una con sus perfiles, pero que se complementen.
Actualmente está armando sus carreras para el año próximo. Las definiciones temáticas se han hecho pensando en las necesidades territoriales, en las zonas donde hay menos acceso a las carreras terciarias, pensando en áreas estratégicas, áreas que las otras instituciones no cultiven y pensando en dar oportunidades y continuidad educativa a jóvenes que terminaron ciclos educativos y tienen necesidades o jóvenes que no terminaron su formación en la Udelar.
Algunas tienen claro sesgo territorial. Va a tener que definir de aquí a 2015 como programa sus sedes regionales. Las carreras pueden estar repartidas en el territorio y va a haber un componente de educación a distancia significativo también, pero la parte manual, experimental, técnica y de entrenamiento, la idea es que se sume a esa proyección nacional y que no haya vínculo particular con los departamentos sino una proyección nacional progresiva.

Concretamente, ¿qué hay definido respecto a carreras y sedes de la UTEC?

Lo primero es empezar por definir las carreras y empezar a trabajar ya. El año próximo se harán dos convocatorias: una en producción lechera y otra en industrialización, que van a estar ubicadas al suroeste. Una va a atener un fuerte vínculo con la escuela de UTU de Nueva Helvecia y la otra va a estar cerca de Colonia La Paz. Estas tienen definición territorial.
Otras en proceso: va a haber una de tecnólogo químico vinculada al sector agroveterinario, que va a estar coordinando con el desarrollo del área química de Paysandú, en la estación experimental Mario Cassinoni de la Udelar; varias propuestas en torno a energías renovables, tenemos varias posibilidades de desarrollo regional; hay un tema que requiere una respuesta en el país dado los grandes cambios tecnológicos que es la mecatrónica, todo lo que es el control electrónico informático de la variedad de herramientas y dispositivos mecánicos. Seguramente se va a ir ampliando. Lo razonable es poder ofrecer oportunidades de formación a los jóvenes en el interior.
Es muy importante que este entramado que estamos dibujando entre Udelar, UTEC, UTU y Universidad de la Educación sea navegable, que los estudiantes puedan cursar en una institución y pasar a otra y que la institución se lo reconozca, porque aparecen formaciones que son únicas en el país.

Más allá de la educación, ¿qué balance hace con respecto a cultura?

Se está haciendo un esfuerzo muy importante y hay que multiplicarlo, pero se viene avanzando. Los desafíos culturales están siendo asumidos a nivel nacional, departamental y por toda la sociedad. Vivimos un momento muy importante en la vida cultural del país. Las políticas que llevamos adelante se definen por lo que llamamos crear ciudadanía cultural, nuestro lema es desarrollo cultural para todos y nos referimos a la cultura en su mayor diversidad, no solo al disfrute de la misma sino a lograr acercar a todos a la creación cultural.
Apostamos fuertemente a los niveles más altos de calidad, pero también damos apoyo a la formación y creación a través de un sistema de becas: la Zavala Munis y la Eduardo Víctor Haedo. Una es para la creación artística y la otra para la formación.
Estamos desarrollando programas de apoyo a propuestas culturales en todo el país, buscamos desarrollar y recuperar infraestructuras culturales y damos un apoyo muy grande al desarrollo cultural en todo el territorio nacional.

¿Qué experiencias concretas puede destacar?

Las usinas culturales, por ejemplo, que son centros de grabación de audio y producción audiovisual. Tenemos una docena en lugares diversos: en el Cerro, en Casaballe, en el Comcar, en Durazno -en la sede de la base aérea de Santa Bernardina-, en Castillos, en la cárcel de Paysandú, etc. Se están formando núcleos de artistas, de jóvenes, orquestas… es una experiencia muy positiva.
También los Centros MEC, había 90 cuando comenzamos y hoy hay unos 119. Se consolidó la estructura y están funcionando muy eficazmente en el territorio, interactuando con las intendencias. Nacieron como centros de alfabetización digital y se fueron convirtiendo en centros culturales y educativos no formales. La gente los modeló y hoy son un vínculo muy fuerte en el territorio. En el 2012 el promedio era de una actividad cultural por Centro MEC por semana, esto llevó a que participaron casi 250 mil personas en esas actividades culturales.
Esta consigna de Desarrollo Cultural para Todos mueve al Sodre institucionalmente; el ballet está completando su segunda gira por el interior del país y atrás de ellos van actividades de formación. Esto muestra como se encuentra nuestra gente, que está buscando a través de la cultura la identidad, se está encontrando a través de la cultura.

¿La cultura se está consolidando como una actividad económica real?

Hicimos los números formales en un primer estudio de cómo empezamos y cómo estamos y constatamos que la cultura se está convirtiendo en una actividad económica importante, que genera trabajo en forma creciente.
Nos preocupa la mirada al futuro, el cómo sostener la actividad cultural en un país de 3.400.000 habitantes. La actividad cultural no puede acompañar solo un período de crecimiento, esto se sostiene haciendo esfuerzos desde el gobierno nacional, desde las intendencias y con una sociedad que tiene que seguir comprometiéndose, además de continuar abriendo la cultura al mundo, sacar la producción uruguaya al exterior, cosa que viene aumentando en forma creciente, con notables audiovisuales, cine, música, libros de autores uruguayos, giras de danza, etc.

Publicado en Participando, edición de setiembre de 2013

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