Cuando habla Tabaré, habla Uruguay

La existencia de materiales de comunicación de gobierno en Uruguay es, como mínimo, escasa. La idea de este artículo, por lo tanto, es brindar un aporte de la comunicación gubernamental de Tabaré Vázquez como presidente de la República en su primer y segundo mandato.
Las bases de este trabajo forman parte de mi tesis La comunicación de gobierno en la primera administración de Tabaré Vázquez (2005 – 2010) de la maestría en Comunicación Política y Gestión de Campañas Electorales que dictaron la Universidad Católica del Uruguay y el Instituto Ortega y Gasset de España. A este ensayo se le suman ahora algunas pinceladas de lo que acontece en la actual administración.
Lógicamente que analizar la comunicación de gobierno de un mandatario y en más de un período llevaría no solo mucho estudio e investigación, sino también muchas páginas y tinta, por lo que este ensayo es solo una aproximación que hace énfasis en la herramienta de los consejos de ministros abiertos y en la figura del presidente Tabaré Vázquez.

La premisa

A partir de la primera administración de Tabaré Vázquez es que comienza la profesionalización de la comunicación de gobierno en el Uruguay. No es que antes no existiera comunicación de gobierno, sino que fue a partir del año 2005 que comenzó una reestructura de la entonces denominada Secretaría de Prensa y Difusión (Sepredi) de la Presidencia de la República y allí una fuerte apuesta a la profesionalización.
Hasta el gobierno de Jorge Batlle existía básicamente un departamento de televisión, un área de prensa que trabajaba en la recolección de información para proveer a interesados, que no hacía producción de contenidos y un departamento de fotografía, entre otras. El personal no era calificado, Sepredi era una especie de Siberia, a donde se enviaba personal no capacitado para esa labor.
Con la designación de José Luis Veiga y Gustavo Antúnez como responsables de la Sepredi, y las directivas de gestión en comunicación de gobierno que les presentó el presidente de la República comenzó la reestructura y profesionalización.
“El gobierno tiene la obligación, el derecho y el deber de informar” y eso debe hacerse con “amplitud y apertura”, fue la premisa que trasmitió Tabaré Vázquez a Veiga y Antúnez, para luego darles la total libertad para trabajar, según aseguraron los entonces jerarcas.
“Tabaré delega, marca una línea de trabajo y luego es toda tuya. Las instrucciones fueron máxima amplitud, apertura y apoyo para todos los que necesiten ayuda en materia de comunicación, más allá de lo partidario. Todo el que precisara una ayuda o un material debería ser aceptado. Y la casa abierta. Puertas y ventanas abiertas en Sepredi las 24 horas, atendidas por sus propios dueños”, recordó Antúnez.
Lo primero que se buscó fue profesionalizar la comunicación de gobierno. Se buscó –y encontró– personal calificado que estuviera en la órbita estatal; posteriormente se apostó a transformar Sepredi en un área de producción de información, en donde el portal de la Presidencia jugaba un rol fundamental. Se potenció la parte de televisión también.
“Nuestro proyecto final era tener un multimedio presidencial o gubernamental que pudiera estar asociado a una televisión cable o a lo que era el Plan Cardales, para llegar a la casa de la gente con una señal de televisión institucional”, aseguró Antúnez.
Quizás una de las fortalezas más importantes a partir de la administración Vázquez fue potenciar la página web y dotarla de contenidos escritos y audiovisuales en bruto, sin editar, que permitían que cualquier medio de comunicación pudiera hacerse de la información del Poder Ejecutivo sin la necesidad de estar presente en las actividades y seleccionar lo que quisieran o sirviera para su perfil editorial y periodístico.
Este hecho llevó a que los medios con más dificultades económicas, que poseen menor cantidad de recursos humanos y aquellos que se encontraban en el interior del país, fundamentalmente, se vieran beneficiados, ya que en el portal estaba toda la información sin editar y libre para usar. Con esta iniciativa se democratizó la información.
Otra marca distintiva de la primera administración Vázquez, y que se confirma en las otras presidencias frenteamplistas, es el fin de las presiones, de parte de integrantes del Poder Ejecutivo, a periodistas y medios de comunicación en general. Este hecho ha sido remarcado por varios profesionales que realizaban la cobertura periodística de la Presidencia de la República. “Se acabaron las llamaditas a las redacciones”, se destaca tanto desde los medios de prensa como de parte de los responsables de manejar la comunicación institucional del Ejecutivo.

Gobierno de cercanía

El pasado lunes 12 de diciembre una gran parte de los uruguayos se enteraron de que existe una localidad en el departamento de Flores que se llama Juan José Castro. El pueblo, ubicado sobre la cuchilla de Villasbonas, al costado de las vías del ferrocarril que une Durazno con Trinidad, cuenta con tan solo 97 habitantes, según el censo de 2011.
Juan José Castro habría permanecido en el anonimato para la mayoría de la población uruguaya sino hubiera sido porque el Consejo de Ministros abiertos, encabezado por el presidente de la República, Tabaré Vázquez, decidió sesionar allí.
Pero fue en la localidad de Zapicán, el 25 de abril de 2005, que se celebró el primer Consejo de Ministros abierto de la primera administración Vázquez. La elección de Zapicán se debió a que en la campaña electoral de 1994, Vázquez, que era candidato a Presidente por primera vez, visitó este pueblo. En la ocasión Fernando Fernández, apodado El Filipino, le preguntó al futuro mandatario si en caso de ser electo volvería a esta localidad a conocer las necesidades del pueblo. El candidato, en ese entonces, se comprometió a volver, hecho que cumplió con el primer Consejo de Ministros abierto de su gobierno.
“En el Uruguay hay muchos Zapicán, donde viven muchos compatriotas que para nosotros cuentan”, destacó Vázquez en la oportunidad, y añadió: “porque entendemos que uno de los principales desafíos del país, entre tantos otros, es reconstruir los lazos de confianza y credibilidad no exentos de exigencia, control y críticas mutuas entre pueblo y gobierno”, y porque gobernar también “es reconocer, escuchar, dialogar, rendir cuentas. Gobernar es articular esperanzas, derechos y compromisos en torno a un proyecto de país”.
Desde su primera administración, desde el 2005 a la fecha, de Zapicán a Juan José Castro, los Consejos de Ministros abiertos han sido una de las herramientas principales de la Presidencia de la República. Allí el gabinete en pleno se entrevista, desde un día antes, con organizaciones sociales e instituciones locales y se llevan a cabo reuniones también con colectivos políticos y empresariales que soliciten previamente un encuentro.
El rol del mandatario es diferente. Habitualmente llega en la misma jornada y lleva a cabo una suerte de acto central, en donde mantiene contacto con el pueblo y responde sus preguntas en forma organizada. Esta iniciativa concita la atención de los medios de todo el país, fundamentalmente los canales de televisión, radios y prensa de alcance nacional, y el producto mediático surgido seguramente marcará la agenda por algunos días.
El Consejo de Ministros abiertos es sin duda alguna la principal herramienta de comunicación de gobierno que ha desarrollado el jefe de Estado, su marca registrada, y una instancia en la cual se plasma el contacto directo entre la administración central y la ciudadanía. Se trata del gobierno de cercanía, de la administración que se puede palpar por todos, más allá del rincón del país en que nos toque habitar.

Uruguayan dream

Desde que el aparato propagandístico estadounidense decidió tener una presencia sostenida a escala global conocemos la definición del american dream. El sueño americano –o estadounidense, más precisamente–, es la igualdad de oportunidades y libertad que permite que todos los habitantes de Estados Unidos logren sus objetivos en la vida únicamente con el esfuerzo y la determinación.
Partiendo de esa base podemos asegurar también que existe por estos lares el “sueño uruguayo”. Con algunas variantes a la definición de los vecinos del norte, propias de las particularidades de nuestra identidad, una figura como Tabaré Vázquez encarna ese sueño uruguayo. Se trata en este caso de una persona que nació en un barrio obrero, como La Teja, de una familia de trabajadores, que se formó en la educación pública, vareliana, y que se graduó como doctor en la Universidad de la República. Un hombre con raíces populares, hincha de Progreso, el cual supo presidir y sacar campeón uruguayo de fútbol. Un profesional que se destacó por su especialización en oncología. Un político que logró ser el primer intendente de Montevideo por el Frente Amplio y el primer presidente de la República de izquierda. Sin dudas, tomando en cuenta estos antecedentes es que puede asegurarse que Tabaré Vázquez representa el sueño uruguayo, el sueño de una persona que partiendo de orígenes humildes puede llegar a la máxima posición de la escala social, la de presidente de la República.
Vázquez, ya ejerciendo como mandatario, construyó un relato de gobierno en el cual la refundación nacional estaba presente, en donde plasmó la necesidad de sacar a Uruguay de la emergencia, de la crisis social y política y del desánimo ciudadano en que se vivía.
El primer gobierno del Frente Amplio creó el Ministerio de Desarrollo Social, bajó enormemente los índices de pobreza y generó fuentes laborales. Bajó el desempleo a un solo dígito, luego de haber recibido un país al borde del colapso. Generó una reforma impositiva para que paguen más los que más tienen, reformó el sistema de salud para que todos puedan acceder a la misma y se volvieron a convocar los consejos de salarios. Estas acciones, además, se ven coronadas con la puesta en marcha del Plan Ceibal: una computadora para cada niño de la escuela pública.
El relato de la primera administración frenteamplista es claro: se refunda el país, se lo saca de la emergencia y se ponen en marcha reformas estructurales. Posteriormente, vendría el gobierno de José Mujica, que construyó un relato basado en la ampliación de los derechos de los uruguayos, con la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la legalización de la venta de marihuana, el matrimonio igualitario, las 8 horas de jornada para los trabajadores rurales, la ley de responsabilidad empresarial, la regularización de las empleadas domésticas, la creación de la UTEC, etc.
El desafío ahora, en este tercer gobierno, es cómo continuar la construcción de ese relato. Si bien va poco más de un año de la nueva administración Vázquez, y es pronto como para poder definir cuál fue el rumbo de la misma, ese relato del tercer gobierno frenteamplista aún no parece consolidarse, ni se aprecia con mayor claridad.

El estilo Vázquez

Tabaré Vázquez afirma que aprendió una pauta del presidente francés François Mitterrand. Cuando Mitterrand hablaba, hablaba Francia, por lo tanto el mandatario es muy cuidadoso en ese aspecto y mide sus apariciones mediáticas.
La herramienta del Consejo de Ministros abiertos es ideal, entonces, para el estilo del presidente de la República, ya que tiene la posibilidad de preparar su mensaje, no necesariamente se va a ver interpelado por periodistas y en caso que alguna pregunta del público no pueda o no quiera responderla, siempre tiene la posibilidad de transferir esa responsabilidad a algún integrante de su gabinete.
Quienes trabajan con el presidente aseguran que Vázquez es “muy directo, respetuoso y cuidadoso de las formas, es muy franco y muy medido, sobre todo, fundamentalmente, medido”.
El ser medido, y el ejemplo tomado de Mitterrand, lleva a que el presidente salga poco en los medios de comunicación, seguramente como estrategia o quizás por olfato político, pero lo seguro es que cuando el mandatario se expresa es porque tiene la firme convicción de dejar plasmado un mensaje.
Incluso son muy poco comunes las entrevistas que brinda el presidente de la República a los medios de comunicación, y tampoco se la otorga a todos los medios ni a cualquier periodista. Esta política de comunicación se dio tanto en el primer gobierno como en la actual administración.
Existe una máxima en comunicación que afirma que “no se puede no comunicar”. Esto quiere decir que siempre, hagamos lo que hagamos, o dejemos de hacer lo que dejemos de hacer, estamos comunicando algo. Es ahí en donde toma una gran importancia los silencios del mandatario, un arma que maneja a la perfección y que hace tensionar tanto al oficialismo como a la oposición.
Quizás el mejor ejemplo de ello se dio en la primera administración, cuando un grupo de militantes frenteamplistas, motivados por el buen desempeño del mandatario y la alta aprobación a su gestión que mostraban las encuestas de opinión pública, decidieron proponer la posibilidad de que el mandatario fuera reelecto, más allá de que no existe el mecanismo de reelección presidencial en Uruguay.
Con este escenario, el 5 noviembre de 2008, al finalizar el Consejo de Ministros abierto en la localidad de Trinidad, en el departamento de Flores, Tabaré Vázquez realizó declaraciones a los medios de comunicación. Allí sentenció que respondía con un PPS (profundo y prolongado silencio) a aquellos que promovían su reelección presidencial. El silencio como arma llevó a que se tuviera que interpretar la posición del mandatario.

Voceros presidenciales

Tabaré Vázquez no tiene voceros ni sucesores. Esa fue una sentencia que surgió desde el principio de la primera administración del mandatario frenteamplista y que se volvió un latiguillo de su entorno cuando se comenzó a hablar de la posibilidad de su reelección presidencial.
En lo formal es cierto, no existe la figura del vocero en la Presidencia de la República, pero cuando se estudia la comunicación de gobierno de la administración Vázquez puede corroborarse lo contrario.
Si bien la figura del vocero no es formal sí se puede destacar que siempre existe una voz autorizada, por lo general proveniente del Poder Ejecutivo, que se encarga de referirse oficialmente a los temas y que tiene mayor cobertura mediática que el presidente de la República.
No es el mandatario el que realiza el gasto, sino el que zanja los temas. No es el presidente el que está dando cuentas a la opinión pública sino uno de sus secretarios de Estado el encargado de solucionar el problema y de ir informando a la ciudadanía a través de los medios masivos de comunicación.
Un ejemplo claro de esta situación se dio en el primer gobierno de Tabaré Vázquez, con el desempeño del secretario de la Presidencia de la República, Gonzalo Fernández. Quizás Fernández es el que más se pareció a la figura típica del vocero, cuando fue el encargado de referirse oficialmente, en nombre del gobierno nacional, sobre el tema de derechos humanos y la búsqueda de restos de detenidos desaparecidos durante la pasada dictadura cívico-militar.

Profesionalización

Con la llegada de Tabaré Vázquez a la Presidencia de la República comenzó una nueva etapa en materia de comunicación de gobierno en Uruguay, la etapa de la profesionalización, la apuesta a una planificación y a una estrategia. Aún no es suficiente, falta avanzar mucho en nuestro país en lo que es comunicación de gobierno, no solo a nivel de la Presidencia de la República, sino también del Poder Ejecutivo en general, del legislativo en particular, de los distintos organismos gubernamentales y de los gobiernos locales (intendencias y alcaldías).
Será tarea de los nuevos gobernantes el empezar, continuar y profundizar el camino de la profesionalización de la comunicación. Será labor de los profesionales de comunicación política el apostar a la formación continua y a hacer llegar de la mejor manera el mensaje de nuestros políticos a la ciudadanía. En eso va también gran parte de la calidad de la democracia de la que los uruguayos tanto nos vanagloriamos.

Publicado en semanario Voces. Edición del 15 de diciembre de 2016.

Comentarios

  1. Muy bueno ...como lo caracteriza frances !!!!

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  2. "son muy poco comunes las entrevistas que brinda a los medios de comunicación, y tampoco se la otorga a todos los medios ni a cualquier periodista"

    Eso es evadir las preguntas difíciles. ¿Alguna vez dio entrevista sobre los casos de corrupción en Pluna y Ancap?

    “Se acabaron las llamaditas a las redacciones”

    Jorge Batlle no hacía llamaditas, todos los periodistas lo han admitido.

    "El Consejo de Ministros abiertos es sin duda alguna la principal herramienta de comunicación de gobierno, una instancia en la cual se plasma el contacto directo entre la administración central y la ciudadanía. Se trata del gobierno de cercanía, de la administración que se puede palpar por todos, más allá del rincón del país en que nos toque habitar."

    Es un espectáculo mediático. Los que tienen que ir a los pueblos son los directores de los organismos correspondientes, sea de transporte, salud, educación o ambiente, no el gabinete de ministros.

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    Respuestas
    1. Gracias por el comentario.
      Con respecto a que "se acabaron las llamaditas a las redacciones", es una conclusión que surge de entrevistas a politólogos y a periodistas de las redacciones de El País y La República, y está corroborado además con material bibliográfico vinculado también al gobierno de Jorge Batlle. La conclusión de la investigación es sin dudas que sí existieron "llamaditas" a las redacciones de todos los gobiernos desde la primera administración de Sanguinetti hasta la de Jorge Batlle inclusive.
      Respecto a tu afirmación que el Consejo de Ministros abiertos es un espectáculo mediático, es una buena apreciación, que no va en contra de que sea una excelente herramienta de comunicación de gobierno. Es indudable que existe una mediatización de la política y una política del espectáculo, que se ha profundizado mucho en los últimos años. Hay mucha bibliografía al respecto (Edelman Murray, Sartori, etc.).
      Saludos.

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